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La Asociación de la Prensa Deportiva en Valencia y el Maratón premian al mejor relato de la pasada edición

22 febrero, 2018

La Asociación Española de la Prensa Deportiva en Valencia (AEPD Valencia) ha entregado el Primer Premio de la Tercera Edición del Concurso “Crónica de tu Maratón”, convocado con motivo de la celebración de la pasada edición del Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP y la 10K Fundación Trinidad Alfonso.

Vanesa Cubells, corredora de la 10K, se ha alzado con este galardón gracias a su crónica titulada “Mis 10.000 y el Maratón”. El acto ha contado con la presencia de Paco Nadal, presidente de la AEPD Valencia, que ha destacado que «la crónica ganadora narra una emotiva historia de superación a través del deporte, de optimismo, de esfuerzo y de agradecimiento anónimo, que vale la pena leer porque habla implícitamente de los valores que proyectan cada año en miles de corredores estas dos citas en nuestra ciudad».

El Gerente de la S.D. Correcaminos ValenciaJuan Manuel Botella, ha hecho entrega a la ganadora de una inscripción gratuita para participar en la próxima edición 2018 de la 10K.

 

Asimismo, el Gerente de RasánJosé Sánchez, ha obsequiado a Vanesa Cubells con una equipación deportiva completa de esta reconocida firma, patrocinadora de las selecciones nacionales absolutas de balonmano, tanto masculina, como femenina.

Herbolario Navarro también ha querido reconocer este premio con la entrega de una cesta con una selección de productos para deportistas de esta empresa valenciana, proveedora oficial de alimentación ecológica del Villarreal Club de Fútbol, del Valencia Basket, del Levante U.D., de los tenistas David Ferrer, Roberto Bautista, Nicolás Almagro y Guillermo García López y del deportista paralímpico David Casinos.

Al finalizar el acto, Paco Nadal, Presidente de la AEPD Valencia, ha querido agradecer a todos ellos su apoyo nuevamente a este concurso

 

MIS 10.000 Y EL MARATÓN

¿Por qué no va a tener una corredora de 10K una historia de superación detrás? Correr el maratón es coronar en todos los sentidos pero superar, terminar por primera vez en la vida una carrera de 10000 metros y hacerlo de forma paralela al maratón casi más importante y más bonito del mundo, es una experiencia difícil de olvidar. Con cuarenta y tres años y la vida rota por una tragedia familiar, leí por casualidad el relato ganador de la edición pasada de este mismo concurso y entonces comprendí y supe que quería correr esta carrera. Aquella historia y su protagonista me conquistaron, me hicieron pensar que era posible superar cualquier obstáculo y que la mía no era más que una de tantas historias en las que uno no se puede detener, como al correr una carrera, a lamentarse. Aquella historia de amistad, de amor y de superación me dio la fuerza necesaria para plantearme correr este año la 10K, mi primera carrera.

Han sido unos meses de bajar a correr al río, ese sitio perfecto que tiene València, la ciudad perfecta para correr y que ha sido el lugar donde he logrado encontrar el sentido y la fuerza para “todo”. Al principio llegaba en bici hasta el cauce y corría sin ritmo, sin respirar bien y no más de tres kilómetros. En ese momento comenzaba a fallarme, a decirme que no podía seguir que no aguantaría el dolor de gemelos y que yo no estaba hecha para ese deporte. Y pensaba en aquella historia que había leído y en su protagonista y eso me daba la fuerza para continuar. Poco a poco cogía ritmo, buena respiración y sobre todo, aprendía a disfrutar de cada kilómetro, de cada salida y de cada vuelta a casa, ahora sí corriendo, con una sonrisa de satisfacción por el trabajo bien hecho. El cauce del río está lleno de personas luchadoras, trabajadoras, valientes que corren a diario y que han sido el espejo donde mirarme. Ver la velocidad, la cara de esfuerzo, los grupos, las sonrisas, las conversaciones en carrera, me ha hecho sentir acompañada en mis entrenamientos.

Llegó el momento de la carrera, ese fin de semana en el que me sentí parte de una gran fiesta, de un evento increíble que comienza el viernes. Llegar con mis hijos de la mano a recoger el dorsal a la Ciudad de las Ciencias y advertir lo grandioso de esta carrera fue entrar en un estado de emoción que no terminó hasta el domingo por la tarde. Este evento tiene como base el maratón pero sin su dama de honor, la 10k, no sería lo mismo. Porque esa unión de dos maneras tan distintas de correr es lo que hace que albergue a todo tipo de corredoras y corredores y por lo tanto que miles y miles de ilusiones y de historias queden reflejadas en esas dos carreras. Y sonó Nino Bravo y su “Libre” y comencé, demasiado emocionada, mi carrera mirando hacia el otro lado del puente de Monteolivete, embobada, la marea de corredores de maratón, mis ídolos. Y pensé que ahí estaría él, el escritor de aquel relato y pensé en esperarle a mi llegada y darle las gracias por impulsarme a correr aquella carrera.

Y así lo hice, le esperé, después de recorrer mi ciudad corriendo a seis y poco y mirándolo todo como una niña. Crucé la meta con los brazos en alto, abracé a una voluntaria que me sonrió y me dio la enhorabuena como si fuera de mi familia y después de colgarme mi medalla y comerme la red de mandarinas que me regaló aquella voluntaria, fui a vivir el maratón. Me descargué la aplicación en el móvil y seguí a mi corredor, el que había escrito aquel relato ganador y del que solo conocía el nombre. Estaba en el kilómetro 20 y a buen ritmo.

La aplicación en todo momento me devolvió su ubicación y me indicó la hora de llegada esperada y su número de dorsal. Así que esperé una hora, animando a otros que llegaban, animando y admirando a todos esos corredores coraje que son los maratonianos. Y a la hora prevista en la aplicación, apareció él, de rojo, animando a los espectadores, con una sonrisa. Le grité su nombre y se acercó y me chocó la mano y me miró pero sin conocerme. Corría al lado de su amigo, el del relato y le sonreí y le di las gracias. Y vi su cara de satisfacción y de cansancio pero sobre todo vi su alegría, sus ganas de vivir, su capacidad para luchar, para superar. Y vi una cara amiga porque desde el domingo 19 de noviembre es mi amigo porque me hizo correr, me hizo sonreír, me hizo sentir fuerte y me chocó la mano.

Repetiré el año que viene y el otro y quizá algún día de el salto y pase al otro lado, al de los grandes, al de los que corren el maratón. Mis 10000 y el maratón. Una novata y un experto corredor. Una historia que va de correr.

Vanesa Cubells, dorsal 30237 de la 10K Valencia Trinidad Alfonso 2017.

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