El público respondía. Tras aquellas primeras carreras antes de verano en las que la cifra de inscritos había sido reducida, se empezaban a ver censos que superaban los 6.000 corredores en ambas pruebas. Ellos lanzaban un mensaje. Les gustaba lo que estaban viendo, es decir, confiaban en el trabajo de las organizaciones y se sentían seguros en las carreras populares. Todo esto auguraba un buen ambiente. La primera cita en llegar fue la 15K Nocturna Valencia Banco Mediolanum. La zona de salida y meta tuvo que variar por primera vez en todos sus años de celebración, y las salidas se dieron escalonadas y con distancia de seguridad entre los participantes. Las zancadas estuvieron acompañadas de cotidianidad y no hubo ningún tipo de incidencia. La carrera acabó con la mejor marca mundial del año. Mientras tanto, la legislación seguía avanzando en la flexibilización de las medidas sanitarias, lo que seguía generando respuesta por parte del público. El 10K Valencia Ibercaja, con fecha 3 de octubre, ya realizaba oleadas de hasta 2.500 corredores. Mientras que en las sedes de las organizaciones seguían trabajando con planos, infraestructuras y medidas de seguridad cambiantes, los corredores se dedicaban a entrenar ilusionados. El camino parecía el correcto. Y solo unos días antes de la celebración de esta carrera, un nuevo giro en la flexibilización de las medidas restrictivas permite que la salida sea ya con una imagen casi tradicional. Los atletas pueden dejar de guardar la distancia de seguridad mientras estén con mascarilla en las zonas de salida y meta. Y ese es el gran cambio. La mañana del 3 de octubre (una mañana no tan fría como su habitual cita en enero) miles de personas pueblan la Alameda de València bajo el sonido de la música de Chimo Bayo. El famoso DJ valenciano ameniza tradicionalmente esta salida y vuelve a encender la mecha de la adrenalina en los corredores antes de iniciar la prueba. Los atletas de élite, también presentes, cumplen con buena parte del guion establecido y la prueba vuelve a ser noticia mundial, al conseguir cuatro de las doce mejores marcas del año en mujeres. Con mucho trabajo, pero con buenos resultados, los corredores recuperan lo que más adoran en este mundo, las carreras, ese escenario donde demuestran que están hechos de otra pasta. En palabras de la organización de estas pruebas, aseguraron que tenían “el deber de cumplir con el sueño de la gente de celebrar la carrera que los corredores deseaban. Con emoción, con seguridad y, por supuesto, con toda la facilidad posible para correr y darlo todo. Ha sido un esfuerzo que nos ha puesto en tensión muchas veces, pero sabíamos que unidos lo íbamos a conseguir”. 22 Vuelta al running
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